Así, cuando tengo los minutos contados igual puedo preparar una comida completa, descongelando en un ratito lo que necesito. Encontré la solución al problema de las porciones, que a veces son muy pequeñas, en un viejo truco de los usarios de los freezers: utilizando las cubeteras para congelar la comida en cubos. Una vez que se endurecieron, se pueden pasar a bolsas adecuadas para aprovechar mejor el espacio.

También congelo así lentejas, porotos, garbanzos, arvejas, ya cocidos y listos para consumir:
Cuando puedo los cocino y los freezo, y si no, confieso que a veces utilizo legumbres que vienen en lata y hago lo mismo: uso una parte y el resto lo congelo.
Cuando preparo verduras salteadas, siempre hago una buena cantidad, la que, por supuesto, Salvador no se puede comer de una sola vez, y a veces, no todos en la familia comemos ese día lo mismo. Así que salteo en una sartén de teflón, con apenitas aceite de oliva las verduras que por esos días se consigan: distintas clases de zapallitos, cebolla, pimientos de diferentes colores, berenjenas, etc. También le pongo un ajo entero y una hoja de laurel para dar sabor. En realidad es demasiado sencillo y totalmente a gusto de quien lo prepare. En lugar de salteadas se pueden cocinar al vapor, en microondas, etc. Consumimos una parte, combinada con arroz integral, quinoa o amaranto, pollo, fideos, etc. y el resto va a la cubetera. Cuando los necesite, sólo saco un par de cubitos y otra comida ya está en marcha:
(Es importante recordar el uso de los elementos adecuados tanto para congelar, como para descongelar en microondas, ya que no todos los materiales son inocuos para estos procedimientos)
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